martes, 23 de diciembre de 2008

¡Levanten las copas!

Navidad, fin de año, esa época mágica donde líderes, gerentes y CEOs salen de sus madrigueras para saludar a sus súbditos y plebeyos con una diversa variedad de bebidas (y comidas, en los mejores casos). Agreguen un poco de hipocresía general y tienen el brindis perfecto. Es el momento perfecto para felicitar de menos, prometer en vano y escapar antes de recibir algún comentario fuera de lugar cuando el alcohol surte efecto.

Nosotros no tenemos champagne, el pan dulce está rancio y las nueces fueron secuestradas por las ardillas del asfalto, pero no dejamos pasar la ocasión para decirles: ¡nuestros mejores deseos para el 2009! (Y que Tigre salga campeón!)

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