miércoles, 10 de diciembre de 2008

El ritual del saludo matutino

Tradicionalmente uno pretende llevarse bien con la gente. Digo tradicionalmente porque hay cada compañero que mejor perderlo que encontrarlo. El saludo matutino constituye para muchos un pilar fundamental de la relación interpersonal en el trabajo. Hay para todos los gustos, casi siempre sujeto al tamaño del grupo.

En grupos chicos, beso a las chicas (abrazo incluido si vale la pena), apretón de manos, palmada en la espalda, puñetazo al estómago a los chicos (dependiendo la confianza). Normalmente se saluda siempre, llegue uno a la hora que sea y sin importar quién esté. El que no saluda es visto como un imbécil egoísta mala onda y hasta puede ser blanco de algún epíteto descalificador.

En grupos grandes, se puede aplicar lo anterior. Aunque aparecen los optimizadores, que en pos de ir rápido a buscar café, chequear mails, entrar a Facebook, saludan con opulencia con una mano y ahorrar tiempo. También aparece un grupo selecto de garcas que saluda selectivamente a los que mayor simpatía le causan (por afinidad o por sexo) y deja que los demás se pudran en el infierno. (Yo banco a muerte a estos últimos!)

¿Y ustedes, cómo saludan?

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