jueves, 4 de diciembre de 2008

Aire Acondicionado II

Más sobre los benditos aparatos por los que daríamos parte de nuestro salario.

Hace dos años, cuando trabajaba en una PyME familiar devenida en pequeña corporación, nos ubicaron en una oficina nueva. Eramos como 12 personas, cada una con una computadora. Hacía calor, desde ya, pero obviamente al dueño no le importa cuando uno suda la gota gorda, literal o metafóricamente, total él SÍ tiene aire. Para el verano nos prometieron los aires acondicionados, que llegaron con Papá Noel, para fines de diciembre. Como esto es Argentina, la promo del aire te la dan con dos cortes de luz gratis, y el resto a mitad de precio, por lo que era de esperarse que funcionaran de a ratos. Un día de esos que uno siente que se derrite a cada paso bajo los 52°C del cemento porteño, nos quedamos sin aire. Malestar generalizado, por supuesto. La solución argentina al tema: la secretaria repartiendo Torpedos de limón para todos.

Al final, qué tanto problema, che! Si con un heladito nos arreglamos todos!

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